1.
En el hombre ciénaga, un ataque de entusiasmo y la pequeña turbulencia que deja duran lo que dura un recuerdo en una memoria evanescente.
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
Si durasen eso pero con la frecuencia y regularidad de un goteo, la metáfora de lo excepcional e ínfimo perdería una mitad de su sentido.
— el Zambullista (@Zambullista) 1 de marzo de 2017
La otra mitad es kafkianamente imperdible: lo pequeña y breve que es la turbulencia en la ciénaga infinita es inconmensurablemente ínfimo.
— el Zambullista (@Zambullista) 11 de marzo de 2017
1.1
2.
La diversión se hace notar. La felicidad puede dejarse ver (no se esconde), pero no se hace ver. No necesita testigos; sólo protagonistas.
— el Zambullista (@Zambullista) 8 de mayo de 2016
Es más fácil ver y envidiar lo divertido que estás que lo feliz que sos. La diversión es estándar y ostensible; la felicidad, más especial.
— el Zambullista (@Zambullista) 7 de mayo de 2016
La felicidad incluye (o prescinde de) la diversión; no al revés. Claro que alguien divertido puede ser también feliz, pero no por divertido.
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de mayo de 2016
Lo que te apasiona te alegra, que es lo que buscarías divirtiéndote. O también te divierte o te da tanta o más felicidad que la diversión.
— el Zambullista (@Zambullista) 28 de abril de 2016
3.
4.
Apátic@ es apagad@, pero porque es desconectad@. Es la falta de interés, como que el interés es una conexión y el entusiasmo su vehemencia.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de mayo de 2016
Apátic@ sufriente es deprimid@ como interesad@ gozante (un@ entusiasmad@) es feliz. X puede encarnar ambos roles, si su apatía es selectiva.
— el Zambullista (@Zambullista) 30 de abril de 2016
Una depresión y un entusiasmo pueden coexistir sin contradicción. Basta que se apliquen a cosas diferentes, sin cruzarse ni interferirse.
— el Zambullista (@zambullista) abril 26, 2015
4.1
Las "rutinas familiares" de Jarrett pueden coexistir con "los riesgos que busca cuando toca" porque lo contrastante es de ámbitos distintos.
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
Lo contrastante sería un escándalo lógico –sería contradictorio– si se dijera que Jarrett, improvisando, asume y evita los mismos riesgos.
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
Sufre ("es molesto") otra tensión paradojal: con la "tabla rasa" de meta, debo (quiero) "no imitarme a mí mismo", pero "es casi imposible".
— el Zambullista (@Zambullista) 18 de agosto de 2016
Debo y no puedo construir un mundo sin mis preferencias. Aflojo: debo –y puedo y duele– construir uno con "algo más que mis preferencias".
— el Zambullista (@Zambullista) 18 de agosto de 2016
Lo rutinario que Jarrett no es haciendo lo que le importa, lo es con lo que le importa menos; lo audaz que es tocando no lo es hospedándose.
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
Cuanto más te importan cosas muy diversas, es más difícil que te importen igual y seas igual de audaz. Tus pasiones compiten por tu audacia.
— el Zambullista (@Zambullista) 18 de agosto de 2016
4.2
K. Jarrett cuenta que al pasar del jazz a Mozart debe clausurar un mundo para hacerle justicia al otro. Las pasiones son igual de exigentes.
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
Y por motivos iguales. Mozart y una pasión le dirían a Jarrett: sé yo, está acá entero, clausurá allá; "hay que llevar todo el ser con uno".
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de agosto de 2016
La diferencia es entre "universos distintos", no entre gustos desiguales. Los mundos no estarían menos separados si me gustaran por igual.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de agosto de 2016
Lo que simultaneizando se complica (te desgarra, de tan separados que están los mundos), alternando se resuelve: sólo jazz, sólo Mozart, só…
— el Zambullista (@Zambullista) 20 de agosto de 2016
Para construir un mundo, el solista intenta dejar parte de su ser (sus "cosas favoritas"). El intérprete debe llevarlo todo al mundo Mozart.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de agosto de 2016
Alguien me dijo una vez:
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de agosto de 2016
—Hay sentimientos que no se bifurcan.
Pero hablábamos de si se puede estar enamorad@ por igual de más de 1 persona.
—Me atrapa.
— el Zambullista (@Zambullista) 16 de agosto de 2016
—O sea, te secuestra. Tu amor por lo que te apasiona es otro Síndrome de Estocolmo.
—Sean eternas las cadenas que supimos cons…?
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