He aquí mi caja. Adentro hay uno que tiene también su caja, que es más grande que la mía, porque adentro me tiene a mí. Y me confió que a su vez él tiene también dentro de su caja a otro que lo tiene a él en una caja propia, el cual está adentro de otra caja de quien tiene adentro de la suya. La situación se sucede indefinidamente. El cosmos ya está compuesto.
Escalafones
He aquí mi caja. Adentro hay uno que tiene también su caja, que es más grande que la mía, porque adentro me tiene a mí. Y me confió que a su vez él tiene también dentro de su caja a otro que lo tiene a él en una caja propia, el cual está adentro de otra caja de quien tiene adentro de la suya. La situación se sucede indefinidamente. El cosmos ya está compuesto.
21 de julio de 2009, 18:24
Pero si es la Farnsworth Parabox!
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27 de julio de 2009, 2:49
Sobre cajas y mundos (híbrido de conversación y ensayo)
#1.
Antes que nada, pido disculpas por el tono y el estilo ensayísticos que tiene este guión del diálogo, ya desde su primera frase; a veces me pueden la tentación de que mis comentarios no se diferencien mucho de mis entradas y la curiosidad por las mezclas.
(Continúa en el comentario 3)
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27 de julio de 2009, 3:24
(Viene del comentario 2)
#2.
«Vamos a recapitular», como dice el Profesor Farnsworth A. Por un «accidente» y un «error» simultáneos, en el Universo A hay una caja que contiene al Universo B y en el Universo B hay una caja que contiene al Universo A. Hacia el final del episodio, por una «inversión tiempo-espacio» manual, las cajas y los contenidos se intercambian y cada caja pasa a estar en y a contener a su propio universo («¡Santo Bob Marley del infinito!», como dice Hermes A).
El parecido con “Escalafones”, que escribí antes de que existiera Futurama, es notorio. Tanto, que entre sus semejanzas está ésta: como los universos en el episodio, los argumentos paralelos tienen «ligeras diferencias». Una de ellas es que en “Escalafones” hay una sucesión de inclusiones cruzadas, una cadena de eslabones de recíproca contención. En el primer eslabón no hay diferencia: en la caja de A está B y en la caja de B está A; paralelamente, en la caja dorada del Universo A está el Universo B, y en la caja azul del B está el A. Esta reciprocidad no se da entre los otros universos cautivos del episodio (tantos como cajas produjeron en el Universo B los Farnsworth con la «esperanza infinitamente pequeña» de volver a crear una que contenga al Universo A, adonde deben ir para evitar que Hermes A destruya la caja dorada que contiene al Universo B, primero con y después sin ellos adentro). En cambio, la reciprocidad se sigue dando en las otras e infinitas y sucesivas inclusiones que componen el cosmos paradójico de “Escalafones”: en la caja de B está C y en la caja de C está B; en la caja de C está D y en la caja de D está C; etc.
Al revés que en la primera, en otra diferencia hay un rasgo que está en “Farnsworth Parabox” y no en “Escalafones”: la situación en que cada caja pasa a estar en y a contener a su propio universo, o sea, la situación de autoinclusión de los universos A y B. Además de proliferar, en “Escalafones” la reciprocidad no cesa. Sus inclusiones cruzadas nunca se convierten en autoinclusiones (directas, al menos, que son las genuinas; las indirectas –por transitividad– son pseudo-autoinclusiones). De hecho, uno de los links que te pueden traer a “Escalafones” (¿es el que te trajo?) está en “La autoinclusión” precisamente para remitir a un caso distinto del de una autoinclusión: «lo que incluye es más grande y más chico que lo incluido (el absurdo en relaciones de doble mano y eslabonables)». Si bien la misma descripción de las relaciones ‘mayor/menor que’ le podría cuadrar a una autoinclusión, son absurdos de elencos y tramas diferentes, como me pongo a argumentar allá.
Y a propósito –vaya como tercera y menor diferencia–, creo que “Escalafones” se interesa más especialmente que “Farnsworth Parabox” por esas relaciones entre tamaños de cajas cruzadas, a pesar de dedicarle una única mención. (Se trata de relaciones inferidas a partir de qué incluye a qué y paradójicas en relación con la normalidad finitista de que lo que incluye debe ser sólo más grande que lo incluido –ni sólo más chico o igual ni también más chico o igual.) Por otra parte, es en base al juego general de relaciones entre tamaños finitos que intento definir allá el conflicto entre leyes en que consiste lo paradójico de una autoinclusión.
En cambio, en el episodio 4ACV15, donde por una caja/portal (empezando por la #25) pasa otra –la azul– de idéntico tamaño, sólo hay referencias laterales a las proporciones ‘anómalas’, y ninguna por inclusiones cruzadas: «Ay, es profunda. Más de lo que debería ser una caja pequeña», dice Leela A antes de caer al Universo B; «¡Miren...! El que todos quepan en esta caja es muy raro», dice la versión hippie de Farnsworth que se asoma a la caja roja de su propio Universo #420, en un anticipo autocontemplativo –cuasi aléphico– de la autoinclusión en que terminarán los universos A y B.
(Continúa en el comentario 4)
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27 de julio de 2009, 3:38
(Viene del comentario 3)
#3.
Espero no haber dejado la impresión de querer minimizar la semejanza entre los dos argumentos, cuando lo que quise hacer fue medirla midiendo «su perversa contraparte», su resto, o sea, identificando y sopesando algunas pocas y leves diferencias que hacen parte de su contorno, ciertos contrastes que la recortan y perfilan. Y podríamos pasar del diálogo a la conferencia de a tres si invitáramos a “Delivery”, un corto de Till Nowak.
Como gracias a tu comentario vi “Farnsworth Parabox”, te agradezco también por esta otra secuela que me dejó, que le devolvió a un ensayo dormido el estado activo de los días cercanos a su publicación (como un volcán que vuelve a la actividad después de descansar de la que lo formó).
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31 de julio de 2009, 12:08
Sí, ahora pienso que fue la mezcla de La autoinclusión y Escalafones la que me llevo al capitulo de Futurama. A lo mejor por separado no me lo recordaban.
Releo lo que ponés y me estoy embrollando un poco, pero debe ser porque me olvidé un poco de Escalafones, ahora lo releo...
Igualmente, para seguir comentando ahora que ya lo viste: el final del capítulo, el intercambio de cajas, me da la misma sensación de desabaratamiento del sentido apoyado en una idea extrema de flexibilidad como se puede ver en el repetido gag looneytunesco del canguro escondiendose en su propia bolsa o de la paradoja de Smale.
Ahora voy a ver el Vesubio.
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