La vuelta de Rocha



Imaginemos un personaje atacado por la pulsión de volver. Mientras Rocha satisfaga su deseo de volver sin colmar su necesidad de hacerlo, seguirá con su compulsión por las vueltas. El reflejo de repetir lo que le ha dado placer lo urge a volver a sentir esa experiencia lo más pronto posible. Ese es el impulso. Si Rocha lo frena o domina por cuestiones estratégicas (o sea, si se hace desear lo que puede ya satisfacer), pasa a otra etapa. En la etapa estratégica, Rocha procura desviar de su destino de extinción al deseo, o al menos demorar su cumplimiento; retiene ganas para evitar el colmamiento de la necesidad. Ahora tiene otra responsabilidad por el rumbo y el dibujo que haga en su historia el deseo; ese dibujo tendrá las modificaciones que le hizo una voluntad especulativa.

Con el arte de prolongar y aumentar esa excitación, Rocha busca alcanzar la máxima postergación de la satisfacción, a saber: hasta que ya no pueda resistir más y la satisfacción le sobrevenga, lo alcance –en lugar de alcanzarla él. En lugar de aspirar al viaje instantáneo que saltee el recorrido, Rocha aspira a hacer el recorrido lo más largo y minucioso posible.

No hay comentarios