1.
Si hay menú, decir que hacés lo que querés es menos cierto que si no hubiera, porque ahí ya no tendrías ninguna limitación de posibilidades.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 24, 2016
Pero la opción de no tener un menú de opciones no está disponible. No la tenemos. Siempre hay menú. Nadie es tan libre o ilimitado. Ni Dios.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 24, 2016
La opción que niega el menú se apoya en su matriz para hacerlo:
—Soy una opción.
La que la niega también:
—Sos la opción que siempre falta.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 25, 2016
—Traduzca "menos cierto que si no hubiera".
—Relativo a lo que hay.
—Traduzca.
—Hacés lo que querés y te da dentro de lo que podés. El menú.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 24, 2016
2.
Glosario básico. Elegir es operar sobre un menú de opciones: seleccionar de una colección. Resolverse a operar, seleccionando, es decidir.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
Que sea posible hacer X, que no sea obligatorio y que no esté prohibido: eso es que haya libertad de hacer X. Sólo falta que valga la pena.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 24, 2015
Existe libertad de acción; no así el poder de controlar los efectos de esa intervención. Somos libres pero limitados, como cuando elegimos.
— el Zambullista (@zambullista) junio 10, 2015
Salamanca prueba que es libre –y humana– eligiendo. A Natura no le da para tanto (eso de que selecciona es un modo antropomórfico de decir).
— el Zambullista (@zambullista) julio 30, 2015
La finalidad es una causalidad inducida, controlada: hago esto para obtener esto otro. La evolución tiene consecuencias, no finalidades.
— el Zambullista (@Zambullista) 26 de julio de 2017
La elección libre es una frontera entre los actos humanos y los procesos naturales. Elegir o no elegir: esa es la cuestión en esta frontera.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 18, 2015
3.
Elegir supone que el futuro son mundos posibles, tramas de encrucijadas. Los de presente o pasado son contrafácticos: mundos inelegibles.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
Las fantasías hacen uso de los mundos inelegibles del presente o del pasado; los deseos, de los mundos posibles por donde se abre el futuro.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
El futuro está cerrado. Lo van abriendo las "elecciones" que hacen lo casual, lo intencional, lo natural: todo lo que haga que pase algo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
4.
Una fija es elegir yendo a lo seguro. En el amor no se elige así. Entre aventuras parecidas, atrae más la que esté mejor sazonada de riesgo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
A) Sé que va a pasar y cómo.
B) No sé si va a pasar, pero sé que de pasar no será igual.
Si es algo feliz, elijo B; si es algo infeliz, A.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
Saber qué va a pasar y cómo será habilita el acostumbramiento. Lo que puede ser un remedio para el dolor es un veneno para el placer.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
5.
Si la única opción es mala, quiero elegir y no puedo. Si hay más y ninguna me gusta, debo elegir y no quiero. Dos típicas contrariedades.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
@zambullista En ambas estoy forzado: en la 1ª, a decidir sin elegir; en la 2ª, a elegir sin querer. Ambas tachan un deseo, denegado o nulo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
Contrariedad perversa: elegir al inicio de una aventura entre un final de satisfacción garantizada y una continuación expectante e incierta.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
Te preparaste para un viaje largo y variado y se da que podés dejarlo al 2º paso. Una perfección inoportuna se ofrece antes de ser deseada.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015
No sólo es qué; también es cuándo. La perfección a destiempo ya no es tal, como un actor anticipado a su personaje ya no es inmejorable.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015
Es difícil aceptar el final de una búsqueda excitante recién empezada. Tiene algo de frustrante llegar demasiado temprano a esa felicidad.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015
Si te vas, no vas a saber volver. Si te quedás, no vas a saber salir. Y no podés saber si vas a querer o no volver o salir. Ahora sí, elegí.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 19, 2015
Si temo no poder salir, es que tanto no quiero quedarme. Ni irme, si temo no poder volver. Poder elegir requiere elegir qué temor priorizar.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 20, 2015
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