El plato de la venganza, que se come frío. El peine de la experiencia, que te dan una vez pelado. Un deseo y un saber llegando tarde.
— el Zambullista (@zambullista) enero 14, 2015
1.
Deseo lo que no sé si pasó, pasa o pasará. Fantaseo distinto a lo que sé o creo que pasó, pasa o pasará. Saber o no saber: fantasía o deseo.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015
El requisito del desear (no saber) es opuesto al de fantasear (saber). Deseo: me muevo por algo posible. Fantaseo: en pausa por algo que no.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 21, 2015
Puedo desear un imposible. Lo que no puedo es saberlo o creerlo imposible mientras lo estoy deseando. De eso me doy cuenta después. O nunca.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 22, 2015
2.
Saber y deseo se repelen. Si deseo que pase X, es que no sé si pasará. Si lo sé (o creo), ya no puedo desearlo. En la novedad está el gusto.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
Es más fácil buscar lo nuevo en lo no conocido. En lo conocido se puede, pero requiere más esfuerzo. En la variedad está el gusto más vago.
— el Zambullista (@zambullista) marzo 20, 2015
X prefiere conocer mucho pocas cosas; Z, conocer poco muchas cosas. Cuánto vivir de cuántas cosas es la ecuación de la que son sus extremos.
— el Zambullista (@zambullista) junio 14, 2015
En la variedad está el gusto. ¿Dónde está la variedad? Depende los gustos de cada un@. X varía reversionando; Z, versionando. N en el medio.
— el Zambullista (@zambullista) junio 14, 2015
N promociona su mezcla: "Punto Medio, el equilibrio justo" entre reversionar y versionar. Sólo si pesan igual conviene partir la diferencia.
— el Zambullista (@zambullista) junio 14, 2015
@zambullista No así si versionar hace más feliz que reversionar, en cuyo caso convendrá reversionar menos y versionar más. Y al revés igual.
— el Zambullista (@zambullista) junio 14, 2015
3.
Ya nadie se masturba toda la vida con la misma foto. Con tanta libertad de elección, en la variedad está el gusto y en la novedad el placer.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015
Ya sé qué me va a hacer eso y cómo. Es un placer tan seguro que se hace postergable. Nuevos "cómo" me urgen desde placeres inciertos. Viajo.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
Puestos a desear, lo previsible es más postergable que lo nuevo. Puestos a registrar qué sucede, lo nuevo es más postergado que lo conocido.
— el Zambullista (@zambullista) Mayo 14, 2015
El deseo es avidez de exploración. Dejar de ser explorado es dejar de ser deseado. Donde no hay nada por conocer no hay nada por desear.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
4.
La pérdida del deseo provoca el abandono de la exploración. Si no se mantiene insaciable, la avidez se agota antes de agotar su objeto.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
Abandonado el deseo, no habrá recuerdo ni nostalgia de lo que quedó sin explorar. Donde pongo el ojo pongo las ganas: el desamor es ciego.
— el Zambullista (@zambullista) febrero 21, 2015
"Corazón que no siente, ojos que no ven" también tiene sentido. Es la ceguera periférica del amor: no registro lo que mi corazón no ilumina.
— el Zambullista (@zambullista) enero 17, 2015
El único corazón que ilumina es el que arde.
— el Zambullista (@zambullista) enero 17, 2015
5.
Uno tiene una lucidez a la medida de su audacia.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 27, 2014
@zambullista La proporción logra mantener controlada la frustración. No veo por fuera de mi horizonte de logros, donde medra la infelicidad.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 30, 2015
@zambullista Visión anti-quimeras, que nos ahorra ver lo que no nos animamos a seguir. A veces los miedos y deseos modelan qué vemos y cómo.
— el Zambullista (@zambullista) septiembre 8, 2015
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