1.
Las cosas son según qué es quien les da su función. V.g.: si es humano, eso será un alero; si es vegetal, un hábitat. pic.twitter.com/eA75FD4XVb
— el Zambullista (@zambullista) agosto 1, 2015
@zambullista En el fósil de alero, "KIOSCO" es un vestigio de lo que hubo ahí. Si la maleza escribiera, corregiría esa verdad de otra época.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 1, 2015
El cambio de uso y función que sufre lo abandonado es un cambio de estabilidad: el inicio de una larga ruina, si lo vemos como una pérdida.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 1, 2015
La telaraña enfatiza el abandono de lo que supo ser inestable, como cuando se establece entre 2 hojas de una puerta. pic.twitter.com/nSheNNIRaa
— el Zambullista (@zambullista) julio 17, 2015
Las arañas montan su red en una puerta en desuso. Los yuyos hacen de un alero abandonado su casa. Ellas se instalan, ellos se radican.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 1, 2015
2.
La estabilidad que precisa una telaraña es verosímil en una estatua (sin limpiar) y siniestra en una cabeza humana. pic.twitter.com/QZGYjBtTEl
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
@zambullista La estatua protesta:
—Yo hago casi todo para crear la ilusión de que soy un X real. Colaboren sacándome las telarañas; asustan.
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
@zambullista En vez (o antes) de sacarnos de la ilusión de estar viendo un hombre, las telarañas asustan porque las vemos en un hombre.
— el Zambullista (@zambullista) julio 21, 2015
Esa telaraña es signo de un abandono en lo que representa (una estatua sin limpiar) y otro en lo representado (un tipo quieto hace tiempo).
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
@zambullista Como mucho, el abandono higiénico de la estatua es chocante. Pero el abandono vital de quien aloja una telaraña es perturbador.
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
3.
LAVAME! reclama terminar con lo que SUCIO! reprocha: el abandono que una capa de polvo –y ya no una telaraña– revela. pic.twitter.com/jlGDESdfHr
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
@zambullista Ningún baldazo interrumpió la estabilidad de condiciones propicias para la capa de polvo. Simpatizamos con otras estabilidades.
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
Se escriben la culpa y la sentencia. Y la escritura es la prueba de la falta: si esos vidrios estuvieran limpios no se podría escribir ahí.
— el Zambullista (@zambullista) julio 20, 2015
4.
Una marca queda por una diferencia de estabilidades. Si durase lo que el acto de hacerla, ya no estaría; sería como escribir sobre el agua.
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
@zambullista En estas condiciones, las únicas obras de duración indeterminada son las inconclusas. A las concluidas ya les corre el reloj.
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
El rastro hecho por una rutina larga es obra de una doble estabilidad: de la rutina y de la superficie que desgasta. pic.twitter.com/Z87ar7xiZt
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
Marcas de frecuencia o permanencia. Es frecuente que se raye ese techo. La marca del espejo la hizo una permanencia. pic.twitter.com/mureXxmtLe
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
@zambullista
1 La no precaución de muchos ya se comió medio 3 del cartel que ignoran tantos.
2 O crecimos mucho o antes acá viajaban otros.
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
5.
Que un derrumbe no lo tape ni lo tire: no se demore ahí abajo, no se acerque al borde. Son zonas de baja estabilidad. pic.twitter.com/9C5BO6tu4T
— el Zambullista (@zambullista) julio 21, 2015
@zambullista Puede Ud. evitar el borde derrumbable; el camino en peligro, no: por rápido que pase, sepa que podría cruzarse con un derrumbe.
— el Zambullista (@zambullista) julio 22, 2015
@zambullista ¿Disuade más la altura de lo que se nos puede venir encima o la profundidad a la que podríamos caer? Elige tu propia aventura.
— el Zambullista (@zambullista) julio 21, 2015
A la inestabilidad de lo derrumbable le sigue la de lo derrumbado. Lo que Natura derrumba Salamanca despeja. pic.twitter.com/SKmUAgAiQA
— el Zambullista (@zambullista) julio 22, 2015
En general, la inestabilidad tiene mala prensa (zona de derrumbes) y la estabilidad, buena (condiciones propicias para la Tierra y la vida).
— el Zambullista (@zambullista) julio 21, 2015
@zambullista En particular, depende en cada caso con qué simpaticemos: v.g., no con la estabilidad del vidrio sucio y sí con la de la Vida.
— el Zambullista (@zambullista) julio 31, 2015
6.
Escala: 2 enormes pequeñas turbulencias: el sistema solar y la vida le deben su existencia y edad a la estabilidad de condiciones propicias.
— el Zambullista (@zambullista) julio 15, 2015
@zambullista Me refiero al Árbol de la Vida. Pero a otra escala vale lo mismo para una vida humana, que es una mediana pequeña turbulencia.
— el Zambullista (@zambullista) julio 15, 2015
@zambullista Mediana comparada con la pequeña turbulencia que deja la rana que se zambulle en una ciénaga infinita –un ataque de entusiasmo.
— el Zambullista (@zambullista) julio 15, 2015
@zambullista Vidas cortas (y aun el bosque genealógico entero) caben con holgura en esas condiciones propicias. Tanta que las creen eternas.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 9, 2015
7.
Un ser o un existir pueden ser todo lo fugaces que se quiera imaginar, con un límite: una evanescencia que de tan inmediata sea instantánea.
— el Zambullista (@zambullista) julio 28, 2015
@zambullista Evanescencias así cumplen con el sentido literal (trivial y técnico) del anillo de María Estuardo: "In my end is my beginning".
— el Zambullista (@zambullista) julio 30, 2015
Sin estabilidad no habría cosas; una caducidad instantánea es un oxímoron. En las antípodas, la eternidad es el paroxismo de la estabilidad.
— el Zambullista (@zambullista) julio 28, 2015
"...y mis fábulas de amor
se fueron desvaneciendo
como pompas de jabón",
cantaba Sui Generis. Las pompas son un universo en cámara rápida.
— el Zambullista (@zambullista) julio 28, 2015
8.
Las estabilidades nos hacen inerciales. A los cambios asiduos de inercia les decimos inestabilidad. Se trata de cómo alternar, no de optar.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 4, 2015
La inercia es económica. Seguir en lo que estoy minimiza gastos. Los guarda para cuando deba cambiar y adaptarme a otro estado o situación.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 4, 2015
En demasía, tanto cambiar como permanecer terminan estresando. La demasía se acumula porque se optó; alternando se reparte mejor la tensión.
— el Zambullista (@zambullista) agosto 4, 2015