1.
Un deseo y una envidia traman la doble identificación con los protagonistas de una escena erótica –la de un espejo, una pantalla, una orgía…
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista Si es la escena de un espejo, hay auto-envidia: orgullo. Un auto-contrafáctico: si no fuese quien y como soy, desearía serlo.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 7, 2015
@zambullista Y si a nuestra imagen nos une el espanto y no el amor, el YO reflejado nos resultará inenvidiable: vergüenza ajena, pero de mí.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 7, 2015
En una escena amorosa o erótica, nos identificamos con un objeto de deseo y otro de emulación. Necesito sentir mío el deseo de mi avatar.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 2, 2015
Si no nos gusta nuestro avatar o sus gustos, nos buscamos otro más emulable y con gustos más afines (y suerte más deseable, lucky bastard).
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 2, 2015
"Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno". Lo dice Otto zur Linde. Lo dirían envidiosos del actor de un reverse gangbang.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 10, 2015
El porno que nos gusta –si nos gusta– nos muestra en el lugar de quién nos gustaría estar. Es un ponerse en el lugar del otro que da gusto.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 10, 2015
@zambullista Lo cual es una excepción. En general, nos ponemos en el lugar de otro (o en sus zapatos) para recapacitar, no para disfrutar.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 10, 2015
2.
En la sana envidia, X es representante; en la otra, rival. O nos gustaría estar en su lugar o que ese lugar esté vacío. Admiración bifronte.
— el Zambullista (@Zambullista) diciembre 11, 2015
Dos elecciones hace una fantasía erótica: con quién te gustaría estar y quién o cómo te gustaría ser para estar con quien te gustaría estar.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista Lo ideal son los 2 gustos. Luego viene que te guste con quién estarías y no quién serías. Luego, al revés. Luego, ningún gusto.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista Aunque ambas rengueras pueden ser disfuncionales, creo que es preferible sentirse muy atraíd@ y mal representad@ que al revés.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista Vas para gozar con "tu" amante, no para admirar a tu "representante". Mientras lo logres, significa que tanto no restó lo otro.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista En cambio, si te satisface quién serías y no con quién estarías, no alcanza. Alter ego mal ubicado es peor que deseo usurpado.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
@zambullista En un disgusto se pasa del orgullo a la vergüenza; en el otro, de la atracción al rechazo. Sabotean el goce, juntos o solos.
— el Zambullista (@zambullista) diciembre 4, 2015
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