1.
Preferimos el riesgo de atender señales falsas al de ignorar genuinas. El 1º riesgo puede hacernos perder tiempo y energías; el 2º, la vida.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 28, 2015
Cuando el costo de errar es superior al beneficio de acertar, necesitamos estar muy segur@s de que el peligro es ilusorio para desatenderlo.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 28, 2015
@zambullista Y aun así nada impide que estemos tan segur@s como errad@s. Basta que estemos firmes en una realidad alucinada: muy engañad@s.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 28, 2015
2.
X se comió un amague o alucinó una que no se venía. Como sea, dio un paso en falso: el 1º movimiento de su realidad paralela hecho en esta.
— el Zambullista (@zambullista) octubre 30, 2015
Cuanto peor sepas qué hay, menos parecerá dialogar con el mundo real lo que hagas. En el límite, por error o negación, te rodean fantasmas.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 1, 2015
Un negador prefiere creer en un cuadro más halagador que certero y con lo que hace le habla a la pared. La realidad se le ha ido hace rato.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 1, 2015
3.
El negador sí detecta las señales de peligro. Pero su fe hace que las reinterprete o las parodie, seguro de su falsedad, error o impostura.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 4, 2015
Un negador quizá no niega la realidad, sino su sentido. La ve, pero para entenderla debería mirar bien, sin que temores o deseos lo engañen.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 11, 2015
En el juego de relaciones de una situación ajena, X ve reflejada una propia. Quizá no fue la 1ª vez que le rebotó cerca para hacerse ver.
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 11, 2015
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