1.
La especie redujo casi a 0 el riesgo de ser devorado. Ya no hay predadores hambrientos en nuestros hábitats artificiales. Homo homini lupus.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 2, 2016
Ya casi perdimos el miedo a morir devorad@s. Con la última enfermedad incurable se terminará el miedo a morir por alguna –¿y al mero morir?
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
Predicen que maniobrando a nivel molecular las enfermedades –vejez incluída– serán parte del pasado de la especie:
https://t.co/KiaSRJ0r9k
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
Eso, siempre y cuando el "entender la biología a nivel molecular" no sea interrumpido por la erupción retrasada de Yellowstone o algo así.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 22, 2016
La vejez es una enfermedad degenerativa, dicen unos médicos. En el relato molecular, cada tanto te hacés un tratamiento regenerativo y chau.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
Son relatos de la eterna juventud. Junto a los de una salud garantizada debilitan el miedo a morir, que nació con la lucidez de ser mortal.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
En ese futuro, ya no habrá suicidios eutanásicos pero sí para librarse del miedo a no morir. Lo sufrirá gente con claustrofobia existencial.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
2.
Cuando terminemos de perder todos los miedos que teníamos en las cuevas, lo cultural nos habrá dejado irreconocible a la especie, tan otra.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
La historia de la cultura también se puede jalonar con miedos perdidos por la especie. Con el último, lo cultural nos cumplirá una promesa.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
Con la cultura pasamos de adaptarnos al medio a dominarlo, con la "promesa" de librarnos de los peligros de la 1ª etapa y de sus miedos.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 20, 2016
La vulnerabilidad es la sensibilidad del límite con lo que no es. No es raro que sus miedos definan lo que somos y nos cambien sus cambios.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 21, 2016
Ese límite es la línea de combate donde nos jugamos sobrevivir. El miedo nos recuerda que es mejor estar lejos de ahí, ser de allá para acá.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 22, 2016
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