1.
Dormir es anularse. Me gusta ese pequeño momento inexistente de mi vida.
— Actiniaria (@LaXuru) 9 de marzo de 2016
Si es sin sueños, sí. Con, diría que es transformarse, ser otro. Me gusta mucho ese momento subexistente de mi vida. https://t.co/339CKhcBCr
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de marzo de 2016
Es inasible el momento exacto del dormirse. Es un misterio que, si deja de intrigarnos, no es por haberlo resuelto; es por estar habituados.
— el Zambullista (@zambullista) julio 15, 2015
2.
Si alguien resucitase diría que el morirse difiere del dormirse, amén de por perder la vida, por lo que dura el apagón (eterno o de horas).
— el Zambullista (@zambullista) agosto 13, 2015
No es lo mismo
—Te dormís como te morís / Te despertás como si resucitaras
que
—Te morís como te dormís / Resucitás como si te despertaras.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 28, 2016
X metaforiza un dormirse con un morirse (y un despertar con un resucitar); Z, un morirse con un dormirse (y un resucitar con un despertar).
— el Zambullista (@Zambullista) enero 16, 2016
Z hace de la muerte un sueño para metaforizar que vamos a resucitar como quien despierta y retoma lo que era. Z promete:
—Este no es el fin.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 16, 2016
"Que sea vida después de la muerte o resurrección después de una temporada en la nada. Pero algo debe haber DESPUÉS", infiere o reclama Z.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 28, 2016
Sin el dato de que ya HAYA SIDO así, sólo creyendo que SERÁ así, Z afirma que la muerte ES así: un sueño. Su fe impregna su conocimiento.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 17, 2016
3.
La del sueño o la de un viaje son metáforas que visten el rechazo a la certeza de ser mortal y consuelan la angustia que el rechazo genera.
— el Zambullista (@Zambullista) enero 16, 2016
—Hay un final. —Qué mal! —Pero es evitable. —Qué bien! —Pero sólo un número finito de veces. —Qué mal! —Pero pueden ser suficientes. —Qué…!
— el Zambullista (@zambullista) noviembre 5, 2015
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