Desear incluye competir con los azares y las voluntades que puedan contrariarme. No desear nada es renunciar a competir: ni 3 ni 1 ni 0: –1.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
La solución budista a la angustia de la incertidumbre y al dolor de la frustración es el desapego absoluto, o sea, la renuncia a competir.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
Me privo de la euforia triunfal y zafo de la amargura derrotada. La pregunta es la misma de cualquier transacción: ¿pagué un precio alto?
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
El empate (1) no equidista de la victoria (3) y la derrota (0). Más motivos para preferir ganar a empatar. En cambio, el desapego equidista.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
Equidista de cualquier deseo (∴, de cualquier temor). Es como si estuviera en el centro de una esfera, con los deseos copando la superficie.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
Así como cada punto de la superficie equidista del centro de la esfera, todos los apegos equidistan del desapego, que no es uno de ellos.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de junio de 2016
El desapego no comparte tag con eso con lo que guarda relación. Justamente, el no deseo es esta equidistancia global, no uno de sus deseos.
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"–1" sólo define que el desapego queda fuera del competir como el centro queda fuera de la superficie (aunque hacia adentro de la esfera).
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