0.
Un AHORA se vuelve ANTES (output) y a la vez un DESPUÉS se vuelve AHORA (input). El tiempo fluye: el presente se vacía y se llena cada vez. pic.twitter.com/ueWTRr6QpE
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
1.
Está lleno y está vacío a la vez pero en distintos sentidos, como la cuenta es ascendente y descendente a la vez pero en distintos sentidos. pic.twitter.com/dXrlFTjo89
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Una cuenta regresiva de escalones en subida es maquillada para que se vea paradójica: se la presenta como la convivencia de rasgos opuestos.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Pasos ascendentes, cifras descendentes. Por muy opuestos que esos rasgos suenen sueltos, aplicados a cosas distintas no chocan: ni se tocan.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Relación in absentia: los rasgos se contradicen en el rubro orientación. Relación in praesentia: no conviven; son vecinos que ni se hablan.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
El truco es que parezca que sí, como quien pone 2 muñecos mirándose. Nombrar o describir algo y hacer una puesta en escena se parecen mucho.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
En esta toma, pasos y cifras quedan fuera del encuadre; sus rasgos, dentro. Así recortados, pueden parecer los de 1 sola cosa y ¡oh! ¡magia!
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
2.
Desconectarse del tiempo es sustraerse de la sucesión (ergo, de la duración). Pablo Ruiz preguntaría: "¿Cuánto tiempo se detuvo el tiempo?".
— el Zambullista (@Zambullista) 13 de octubre de 2016
Lo que dura una detención del tiempo es otro tiempo, que no corre paralelo sino lateral, en círculo, hasta cerrarse cuando el 1° se reanuda.
— el Zambullista (@Zambullista) 13 de octubre de 2016
En "El milagro secreto" (Borges), Hladík termina su obra y es fusilado al cumplirse el año durante el cual "el universo físico se detuvo".
— el Zambullista (@Zambullista) 13 de octubre de 2016
3.
Que ocurran a la vez no nos dice nada de "lo rápido que ahora se hace antes y después ahora". Sean instantáneos o no, están sincronizados.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de octubre de 2016
3.1
Si en lugar de a la vez fuese después, entre el AHORA que se hizo ANTES y el DESPUÉS que se hará AHORA habría un vacío de tiempo, una pausa.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Sale un AHORA (se hace ANTES) y un tiempo después entra otro (la metamorfosis de un DESPUÉS). Por breve que sea, en ese lapso no hay AHORA.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
3.2
Si en lugar de a la vez fuese antes, la secuencia sería la de los aymaras y Unamuno:
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
1º, DESPUÉS se vuelve AHORA;
2º, AHORA se vuelve ANTES.
En lugar de un vacío, hay una continuidad entre el AHORA ex DESPUÉS y el que se volverá ANTES. Esta vez una demora deja durando un AHORA.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
—¿Podría haber un DESPUÉS volviéndose un AHORA antes que el anterior AHORA se haya vuelto un ANTES?
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
—Un doble presente.
—Sí.
—Andá a dormir.
3.3
Con asimetrías entre la provisión y la demanda de AHORAs, su transferencia –el flujo temporal– podría sufrir un subdesbordamiento de buffer.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Sale, no hay; entra, hay. Si no ocurren a la vez, ocurren en 1 de 2 órdenes: en uno, el tiempo se deshidrata y bebe; en el otro, bebe y mea.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
Con el orden sale-entra, el tiempo vive llenando un vacío, a lo Sísifo. Con entra-sale, vive devorando el hígado regenerable de Prometeo.
— el Zambullista (@Zambullista) 10 de octubre de 2016
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