1.
El universo es cordial y prescindente, como la Ley lo es con K: "no quiere nada de ti. Te recibe cuando llegas y te despide cuando te vas".
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de enero de 2017
Y como había sido el guardián con el campesino, a quien recibió cuando llegó y despidió cuando se fue. Su puerta era única, como cada vida.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de enero de 2017
Pero no hay acceso. Ni mérito que lo consiga: el guardián le acepta los sobornos al paisano "para que no creas que has omitido alguna cosa".
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de enero de 2017
Guionamos al cosmos para que nos haga "preguntas apáticas, como las que formulan grandes señores". Queremos volver cordial su prescindencia.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de enero de 2017
O negarla. Y así le proyectamos al hacer del universo el sentido teleológico (el "para qué") con que nosotros hacemos cosas. El Gran Plan.
— el Zambullista (@Zambullista) 22 de enero de 2017
2.
Como el guardián ante la Ley, ante su sentido hay un capellán. Pasea a K por una inestabilidad de interpretaciones en lucha. El Gran Flan.
— el Zambullista (@Zambullista) 23 de enero de 2017
Luego del paseo el capellán le recuerda a K en qué se engaña con él: su cordialidad no cambia el desdén de la Ley que integra. El Gran Clan.
— el Zambullista (@Zambullista) 23 de enero de 2017
También el guardián es cordial con el paisano: le da un banco, respuestas honestas y preguntas apáticas. Lo cortés no quita lo prescindente.
— el Zambullista (@Zambullista) 23 de enero de 2017
El Gran Clan, por muchos guardianes o funcionarios que tenga, es impersonal. El Gran Flan tiene muchas firmas; el Gran Plan, una o ninguna.
— el Zambullista (@Zambullista) 25 de enero de 2017
Una firma: el Gran Plan del universo (y/o el de tu vida) es obra de Dios. Ninguna: el Gran Plan budista es una anónima reducción del karma.
— el Zambullista (@Zambullista) 25 de enero de 2017
3.
El campesino y Josef K, los solicitantes, se quedan afuera porque no son una medida del interior al que aspiran. No pertenecen al Gran Clan.
— el Zambullista (@Zambullista) 23 de enero de 2017
No hay un número de veces que los derechos del campesino o de Josef K entren en esa justicia exorbitante. Les es ajena por inconmensurable.
— el Zambullista (@Zambullista) 23 de enero de 2017
Vale para ese poder y el del emperador de "Un mensaje imperial". Y para su territorio y el de la Ley –con distancias y puertas insuperables.
— el Zambullista (@Zambullista) 25 de enero de 2017
Tampoco hay un número finito de veces que una pequeña turbulencia entre en una ciénaga infinita. Lo inconmensurable se rehúsa a equivaler.
— el Zambullista (@Zambullista) 11 de marzo de 2017
"El hombre es la medida de todas las cosas"; varios personajes de Kafka, no: el paisano, Josef K, el agrimensor K, el súbdito, el mensajero…
— el Zambullista (@Zambullista) 25 de enero de 2017
Kafka compone cosas de las que sus hombres no pueden ser la medida. Señal de que esas cosas no son antropocéntricas. Otra así: el universo.
— el Zambullista (@Zambullista) 25 de enero de 2017