No soy el que arbitrariamente introduzco por interpretación estos pensamientos en Valéry. “Lo que llamo 'arte grande' es, en una palabra, el arte que reclama despóticamente para sí todas las capacidades de un hombre, y cuyas obras son tales que todas las capacidades de otro hombre tienen que sentirse llamadas y tienen que ponerse a contribución para poder entenderlas...”»
Theodor Adorno, “El artista como lugarteniente” (1953), en Crítica cultural y sociedad, Colección "Grandes pensadores", Ed. Sarpe, Madrid, pp. 205-219 (trad. Manuel Sacristán).
1. Valor
—¿Valor?
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de marzo de 2018
—Para Adorno vale más un arte que apela al «hombre entero y sin dividir», un arte «densamente organizado, articulado sin lagunas y sensualizado precisamente por su fuerza de conciencia», que uno que «busca casi exclusivamente la explotación de la faz sensible».
—¿Por?
—Porque «ese arte encarna la resistencia contra la presión indecible que el mero ente ejerce sobre lo humano» al «negarse al opio en el que se ha convertido el gran arte de los sentidos», que «hace de las obras medios y de los consumidores víctimas del tratamiento psicotécnico».
— el Zambullista (@Zambullista) 17 de marzo de 2018
—¡Tomá mate! ¿Puedo un detalle?
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Adelante.
—El hecho de ser (o sea, de existir, de ser un ente) lo compartimos con animales (sensoriales), pero también con plantas («Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo…») y con rocas («…y más la piedra dura porque ésa ya no siente»).
—¿Y?
—Que no presiona un «mero ente», sino uno animal: sensorial (quizá emocional) e irracional. Dale opio a una piedra y no va a quedar ni más ni menos dura de lo que ya está.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Cierto. La muy insensible es inmune al «tratamiento psicotécnico», que tan bien animaliza humanos.
—¿Para?
2. Función
—Porque «prepara así la situación de ciego dominio y nueva barbarie» (habla en 1953) «bajo la cultura de masas de la era industrial tardía, dominada por regímenes totalitarios o trust gigantescos». Y todo gracias a dividir al hombre total restándole la razón.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Divide y reinarás.
—See. Es la contracara de que la unión hace la fuerza: la división la deshace. Sin fuerza que se te oponga bien, reinás. Cuanto menor o peor sea, más ciego y barbárico puede ser el dominio, porque hay más impunidad para hacerlo así.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—¿Pero cómo le resta la razón y lo debilita?
—La «explotación de la faz sensible» es «a costa de nuestras fuerzas constructivas», cuya «retirada» es «una entrega a la receptividad sensible ─en una palabra y en verdad, la debilitación de las fuerzas humanas» (Valéry citado por Adorno).
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Ahí lo irracional es lo «sensible».
—O lo arbitrario: hay «una aproximación sin vinculación», de la que resulta cierta «ligereza» facilista, que «es posible que acabe por llevar al escritor a renunciar a toda abstracción» y al lector a toda atención, «para hacerlo exclusivamente receptivo por efectos momentáneos».
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Glosalo.
— el Zambullista (@Zambullista) 21 de abril de 2018
—Un elogio de la abstracción es un elogio de lo racional, que nunca actúa «sin vinculación»: las «fuerzas humanas» son «constructivas» gracias a «nuestra capacidad de sumar intervalos de tiempo para realizar transformaciones con la ayuda del espíritu».
—Cantalo.—🎶Montaje, lo tuyo es puro montaje, estudiado simulacro🎵
— el Zambullista (@Zambullista) 21 de abril de 2018
—¿Y ese ayudante del montajista, el tal espíritu?
—Acá es sólo la razón, el raciocinio humano. En otros contextos es una entidad metafísica, en un trío con Padre e Hijo o en un dúo con tu cuerpo (donde la llamás "alma").—¿Y este espíritu puede ser ayudado por aquel?
— el Zambullista (@Zambullista) 21 de abril de 2018
—No. Un espíritu no debería necesitar que la razón lo ayude a realizar transformaciones sumando intervalos de tiempo.
—¿Por?
—Porque debería percibirlos juntos. No iría atando cabos; vería la red entera. Vería el todo como un algo.→ “Tiemyo”
3. Valor y función
—«Por la convincente violencia del shock». Terrible ese arte.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Sí, «reduce a los hombres a meros aparatos de recepción, a puntos referenciales de conditioned reflexes».
—Babeo.
—La función del arte que vale es evitar o revertir la reificación o animalización del sujeto dividido.
—Valor político: ese arte vale en una puja de poder.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Y funciona de mano derecha en una patriada liberadora: «En tal lugartenencia del sujeto social total, … queda pensada una situación que extirpe el destino de ciega soledad individual», donde «se realice socialmente».
—¿Quién?
—El sujeto total.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—¿Y el arte?
—Cumplida su función, «rebasaría el arte y se consumaría en la vida recta de los hombres».
—¡Un transformer!
—«No atontarse, no dejarse engañar, no colaborar: tales son los modos de comportamiento social que se decantan en la obra de Valéry».
—Modo Épica ON.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—«Su obra entera es … una protesta contra la mortal tentación de hacerse las cosas fáciles renunciando a la felicidad total y a la verdad entera».
—¿Los ideales?
—Sí. Ese arte, «apenas realizable», «está en representación de aquello que podríamos ser» y no somos.
—¿Y cómo podríamos ser ese sujeto social total, indiviso, pleno, que alcanza la felicidad total y la verdad entera?
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—Sumando racionalidad, nunca restando.
—O sea, enfriando, nunca calentando.
—«El frío del mundo racionalizado no puede eliminarse por irracionalidad decretada».
—Justificalo.
— el Zambullista (@Zambullista) 19 de marzo de 2018
—«Esto es una verdad social demostrada del modo más palpable por el fascismo. Sólo por un más, por un suplemento de razón, no por un menos, pueden sanar las heridas inferidas por el instrumento razón al todo "no racional" de la humanidad».
—Sensatez y sentimientos.
—Lo sensato es lo razonable y ahí debería estar lo racional; ahí debería estar la razón, no el sentido común.
— el Zambullista (@Zambullista) 30 de marzo de 2018
—¿Pero lo razonable de nuestras jugadas sociales no implica lo racional y lo razonante de su elaboración?
—¿Y si fuera así?
—"Sensatez" sería una metonimia de "razón".
—Ese plus de razón puede que no aumente el total, porque llega en reemplazo de un colega que viene fallando e hiriendo. Ajustes hacemos, pero sin cambiar el esquema.
— el Zambullista (@Zambullista) 30 de marzo de 2018
—Ni el statu quo.
—O la razón domina o…
—¿O…?
—…abandona y se rompe la unidad y se parte el sujeto.
—Toma 2.
—Lo que importa para que el sujeto no esté dividido es que lo racional y lo no racional, como buenos hermanos, sean unidos, porque esa es la ley primera.
— el Zambullista (@Zambullista) 8 de abril de 2018
—¿Y la 2ª?
—Dice que la unidad debe ser como la de un jinete y su caballo. O la del 2 en 1 de un centauro. Es eso o dividido.
1. La división social del trabajo y el hombre indiviso. El sometimiento a la cosa.
—¿Dividido cómo?
— el Zambullista (@Zambullista) 2 de abril de 2018
—A imagen y semejanza de una división infraestructural. Adorno define al «hombre indiviso» ("hombre pleno", para Valéry) como aquel «cuyos modos de reacción y cuyas capacidades no han sido disociadas … según el esquema de la división social del trabajo, …».
—¿Y cómo quedan?
— el Zambullista (@Zambullista) 2 de abril de 2018
—«…enajenadas las unas de las otras, cuajadas en funciones utilizables». Una función racional separada de una no racional es un grado en «la degradación del hombre».
—Una línea de desmontaje.
—Algo así. Quedan indemnes ante «la convincente violencia del shock».
—Un golpe bajo.
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—Alta ironía que un golpe irracional convenza, que es una acción racional.
—¿Y qué hace?
—Vence tu resistencia a actuar o a reaccionar según los deseos o intereses del shockeador.
—«Ciego dominio».
—Un mal escritor lo habría aclarado entrecomillando "convincente".
—¿Comparten algo esas dos divisiones?
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—Sí, «el fascismo» como prueba «palpable» de una «verdad social» que las junta.
—¿Cuál?
—«La división del trabajo no puede eliminarse por su mera negación» y «el frío del mundo racionalizado no puede eliminarse por irracionalidad decretada».
—¿Moraleja?
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—Si andás queriendo eliminar algo, no niegues ni contradigas caprichosamente lo que hay. Sé racional; el voluntarismo (negador o contradictor) es pensamiento mágico: si algo no se afirma, no existe; si se afirma, existe. Sometete a la realidad, no la sometas.
—¿Cuál?
—«El proceso artístico de producción, y con ello también el despliegue de la verdad contenida en la obra de arte, tiene la rigurosa forma de una legalidad impuesta por la cosa».
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—¿Quién la impone, si no es la cosa?
—El voluntarismo del compromiso, por ejemplo.
—¿Adorno diría…?
—«La teoría de la obra de arte comprometida», que «degrada palabra y forma a meros medios», «mina la coherencia y la lógica de la obra», que «no puede ya desarrollarse según la ley de la propia verdad, sino que tiene que seguir la línea de mínima resistencia de los consumidores».
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—¿Cómo sería ese desarrollo?
— el Zambullista (@Zambullista) 3 de abril de 2018
—Satisfaciendo las «obligaciones que el compositor contrae … con la primera nota que escribe». No hay libertad absoluta («la cantada libertad creadora del artista no tiene apenas peso») ni obligaciones con un deber ser, sino sólo con cómo es la cosa.
—¿Moraleja?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Hagas ciencia o hagas arte, lo tuyo debe ser «el sometimiento a la cosa».
—¡Freedom!
—«No tiende a la limitación, sino a la ampliación»: «sometiéndose, … el artista elimina … todo lo que pueda deberse pura y simplemente a la accidentalidad de su individuación».
2. La especialización universal
—Ok, limitación eliminada. ¿Y la ampliación?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Ahí lo eliminado es el artista.
—¡Epa! ¿Qué pasó?
—Se especializó tanto que, sacrificándose, se hizo universal.
—Brujería.
—Paradoja.
—También.
—«Paradoja de la especialización universal». La ampliación se hace total; la vía es rara.
—¿Rara, como encendida?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Re. Como una supernova.
—Peligro: analogía.
—La estrella se hace cada vez más densa como el artista se hace cada vez más especialista. En un punto crítico, la estrella colapsa y explota y el artista se universaliza.
—¿Y ambos hechos polvo, decís?
—Digo.
—¿Adorno diría lo mismo?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—¿Recordás lo de mentar al hombre entero?
—Sí.
—«No puede realizarse si no es mediante una división del trabajo olvidada de sí misma y exacerbada hasta el sacrificio de la individualidad, hasta la entrega y pérdida del hombre individual en cada caso».
—¿Y Valéry?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—«Y Valéry resume la paradoja de la especialización universal: “Flaubert, Mallarmé … son ejemplos literarios de la plena consunción de una vida al servicio de la exigencia imaginaria y omnicomprensiva que pusieron en el arte de escribir”». La resume y la protagoniza.
—¿Dónde?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—«El principio de l'art pour l'art, exacerbado hasta la consecuencia extrema, se trasciende con Valéry a sí mismo, según la frase de las Wahlverwandtschaften para la cual todo lo que es en su especie perfecto alude a más allá de su especie».
—Volvé al artista cebado.
—No se somete en vano: «Esta exacerbación de la especialización hasta la universalidad, la desmedida intensificación de la producción según la división del trabajo, contiene según Valéry el potencial de una contraofensiva posible contra aquella decadencia de las fuerzas humanas».
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
3. ♬ La objetividad, ¡ja, ja, ja, ja! ♫
—¿Y si no se somete?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Como «con toda manifestación artística y en todo conocimiento de la ciencia lo mentado es el hombre entero y el todo de la humanidad», si no se somete habrá que parafrasear a Sabina:
🎶Hoy el arte no hablaba de ti,
hoy el arte no hablaba de ti
ni de mí🎵
—🙄
—Adorno siente afín a Valéry por el «giro objetivo que da a la interpretación de la obra de arte»; le atrae «su subrayar técnica y racionalidad frente a la mera intuición».
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—🤓
—Con ese giro zafa de 2 modos de leer: el de la «entronización del genio» y el del compromiso político.
—Modos 🙏/✊.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Hablan de una libertad o de una obligación subjetivas, ambas voluntaristas. Adorno es 3ª posición: «La afinidad de la filosofía del arte de Valéry con la ciencia, y también su afinidad electiva con Leonardo, debe buscarse en el momento de la obligación objetiva».
—¿Moraleja?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Artisteás respondiendo a la cosa o siguiendo la línea de menor resistencia de los consumidores. De razón en razón o de emoción en emoción.
—¿Debo optar?
—Al optar, el arte elige bando.
—¿Pelea?
—Sí. O es usado para pelear, si preferís.
—Cual arma. ¿Y quiénes pelean?
4. La pelea del siglo (no importa cuándo leas esto)
—En este rincón, «el mero ente»; en este otro, «lo humano».
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—¿Cómo va la pelea?
—Lo humano resiste «la presión indecible que el mero ente ejerce». El arte encarna esa resistencia o esa presión. Valéry «contrapone al espíritu corto y pragmático la exigencia de la cosa inhumana».
—¿Y eso por qué?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—«Por amor de lo humano».
—¿Porque te quiero te sobreexijo?
—«La obra de arte que exige lo sumo, tanto de la propia lógica y de la propia concordancia cuanto de la concentración del que la recibe, es para Valéry símbolo del sujeto dueño y consciente de sí mismo».
—¿Y no podría relajarse y soltar un poco? ¿Por qué aspira a ser tan dueño y consciente de sí?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Porque así «no capitula». Porque así se resiste mejor «la mortal tentación de hacerse las cosas fáciles renunciando a la felicidad total y a la verdad entera».
—¿Mortal? ¿No será mucho?
—Si sucumbís a esa tentación, te volvés un muerto en vida, un zombi, un «aparato de recepción», un punto referencial, en vías de «mero ente».
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—😱
—El facilismo te desracionaliza tanto que te animaliza o cosifica tanto que te deja dócil para otro «ciego dominio y nueva barbarie».
—Ok, no sucumbo, me esfuerzo. Pero esa «felicidad total» y esa «verdad entera», ¿son alcanzables?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—«Apenas».
—¿O sea, sí pero poco (pero sí)?
—Aunque fuese no, como buen ideal (u horizonte/utopía), la meta es kafkianamente remota pero los esfuerzos por alcanzarla te entrenan.
—Me entrenan, pero ese total feliz y ese entero verdadero también son el premio prometido para quien resista la «presión indecible» de dejarse ser y llevar, como en coma, y logre ser un sujeto con conocimiento y control de sí.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de abril de 2018
—Son, pero está difícil la sortija en esta calesita.
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