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— el Zambullista (@Zambullista) 30 de mayo de 2018
—¿Y si un día te abren?
— el Zambullista (@Zambullista) 31 de mayo de 2018
~Cantaría:
🎶Una eternidad
esperé este instante🎵
—Te falta punk.
~Si aspirás a fluir lo más libre posible, la eternidad de ese llamado y de esa espera (sos activ@ y pasiv@ a la vez) es tu peor pesadilla.
—Puerta de por medio.
~La kafkiana cercanía inútil. pic.twitter.com/bWOOXcGRGF
After Hours (1985), de Martin Scorsese.
—Ni te cumple lo que querés ni te lo cancela, e incluso te lo estimula.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~Como sea, hace que seguir o no en ese tironeo dependa sólo de vos. Si seguís, es que mantenés la esperanza de ser oíd@ (ni siquiera escuchad@) y el deseo de ser recibid@; si te vas, ya no. El paisano sigue.
—¿Qué paisano?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~El del cuento de Kafka "Ante la ley", que se casa con esa esperanza hasta que la muerte los separa. Yo me volví antes.
—Al lado del paisano, que murió y enviudó a la vez, vos te divorciaste rápido.
~Para el acelere actual fue una eternidad.
—3ª opción: Paul pasa.
~Pero se va con más ganas que las que tuvo para entrar y sin haber cumplido su objetivo.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
—¿So?
~Con el ingreso denegado y la mensajería frustrada, Paul hace sucesivamente del campesino de "Ante la ley" y del mensajero de "Un mensaje imperial". Una trampa se abre a otra y quedás…
—Tan lejos y tan cerca.
— el Zambullista (@Zambullista) 6 de junio de 2018
~Si metaforizás lo inconseguible con lo lejano, sí; "cerca" es literal.
—Ok. Es COMO SI estuvieran muy lejos ESTANDO ahí, cerca: vos en la puerta TOCada y Paul en la entrada del club Berlín y luego dentro y cerca de Kiki y Horst pero inaudible.
~Como yo. pic.twitter.com/dGbtQhqrZ5
—¡Epa! ¿No viste el cartel?
— el Zambullista (@Zambullista) 9 de junio de 2018
~Lo vi. Y me lo llevé cuando me fui, bastante antes del infinito.
—¿No te oyeron?
~No, tenían música alrededor. Como Kiki y Horst, pero en un espacio abierto y con un volumen más bajo. Y encima yo sí oía ráfagas de voces cada tanto.
—😱¿Qué se siente?
~Te sentís fantasmal. Estás ahí pero no podés interactuar, como Morel entre los hologramas de la isla.
— el Zambullista (@Zambullista) 9 de junio de 2018
—O como estar (vos o tu conciencia) en una caja (tu cuerpo rígido) dentro de otra caja (tu ataúd), oyendo las paladas.😱
~Derrapaste, Edgar Allan. Fue frustrante, no angustioso.
—Es mi TOC; le subo el volumen a todo.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~Son incomunicaciones cercanas, pero una es una inminencia catastrófica y la otra la demora de un bien. Angustioso es que esté por pasar algo que no deseás, como morir. Frustrante es que tarde en pasar algo que deseás, como que te abran.
—Bueno, pero además de ser (salvando las distancias) situaciones paralelas, esas incomunicaciones cercanas comparten el ser asediadas desde un futuro (deseado o no). ¿Hay situaciones donde el asedio venga del pasado?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~Sí: las bochornosas, avergonzantes, infamantes, etc. Me pasó.
—¿A quién no?
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~A mí ayer.
—¡Epa! Muy cerca la última. ¿Qué pasó?
~Te ahorro el relato. O lo proyecto sobre el dibujo: un amigo estuvo en el lugar de Gabriel y yo estuve en la terraza. Y encima no me aisló de sus TOC TOC una música alta, sino una ofuscación inoportuna.
—¡Contá!
~Te ahorro el relato II.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
—Contalo como Vincent Moon.
~La traición a lo Judas del cobarde Moon es una situación infamante, no bochornosa: «Le he narrado la historia de este modo para que usted la oyera hasta el fin» y «no mitigar ningún oprobio, ninguna circunstancia de infamia».
—Puede que a Moon lo abochornen la traición y venta de su salvador.
— el Zambullista (@Zambullista) 13 de junio de 2018
~¡Jebús!
—Salud.
~Gracias. Esa traición fue intencional (como todas), no como las omisiones que cometí ofuscado.
—«Por sus frutos los conoceréis».
~Sin intención, el bochorno sabe a lamento, no a remordimiento.
—Bueno, cambiá "infamia" por "bochorno" o "vergüenza" y contá qué pasó.
— el Zambullista (@Zambullista) 13 de junio de 2018
~Lo importante es que, sin querer pero con una torpeza igual de dañina, fui responsable de hacer sufrir a un amigo lo mismo que en esta charla de días venía bufando haber sufrido.😳
—¿Hubo llamadas perdidas?
~Hubo.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
—😱No mitigues ninguna circunstancia de infamia.
~Te ahorro el relato III. Pero tiene título: “Tema de la víctima y del victimario”. Durante su alegato, la víctima devino victimario. Y de lo mismo, para colmo.
—Es una deuda insaldable: el daño está hecho y es irrevocable.
~Como cualquier pasado. Pero con este fantaseás más tener el poder de revocarlo.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
—¿Y qué deseás?
~En el momento, que la Tierra te trague y te lleve lejos de ahí; o dormir y que te despierten en 100 años. Después, que el tiempo pase y deje muy atrás ese momento. Siempre, alejarte.
—Esa marca es como un tatuaje, que no se borra pero se esconde con/en otro.
— el Zambullista (@Zambullista) 12 de junio de 2018
~Sí, o como un veneno que diluís hasta reducirlo a una dosis homeopática.
—¿Cómo diluís el recuerdo bochornoso?
~Con un mar de otros recuerdos.
—Hizo falta tanta agua para apagar tanto fuego.
~¿😳=🌶️?🤔
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