1.
El año pasado, en una entrevista a Entertainment Weekly que 4 días después publicó Página/12, Kevin Costner reveló que no es Whitney Houston la mujer a la que está llevando en brazos en el póster de El guardaespaldas:
Mi primera lectura —confieso que he caído— fue que la doble de Whitney Houston estaba asustada, susto que se solapaba perfectamente (apropiadamente) con el de su personaje, Rachel Marron, y que ocultaba el necesario ocultamiento de su cara. ¿Cómo se oculta un ocultamiento y para qué es necesario?“Ella ya se había ido a su casa e hicimos la foto con una doble, y su cara estaba enterrada en mi hombro porque estaba asustada, con lo que parecía apropiado”, contó el actor.
Se lo oculta dándole una buena razón para ocurrir, como el miedo a un peligro en ciernes o las emociones que hay a la salida de uno. En todo caso, tiene que ser una razón lo suficientemente buena como para tapar la que tiene la doble, que es tan buena que no admite opciones.
O sea, ese ocultamiento es necesario para la foto, no para la situación. Por muy verosímil que sea que el miedo haya ocultado esa cara, igual de verosímil sería que no. O más: ¿se cree blanco de alguien que le dejó una carta amenazante en el camarín y no va a estar mirando para tener alguna chance de prevenir o esquivar el ataque, o para ser los ojos en la espalda de Frank y dar alertas? En los hechos, pasan las dos cosas, por etapas. Rachel hace el trayecto a upa dentro del club nocturno mirando adelante, atrás y al costado, y entierra la cabeza en el hombro de Frank ya fuera del club, sin una multitud imprevisible alrededor, ya casi a salvo (1, 2, 3).
El estrés fue tan alto que en el primer momento que pudo bajar, Rachel bajó; era el primero donde podía adoptar una postura más vulnerable, como es una que anula sus radares visuales. Confía y se entrega plenamente a la protección que la rescató. Afloja la tensión que la mantuvo alerta mientras duró el peligro más inminente y se esconde al modo infantil (Si no los veo no me ven) para respirar hondo y tal vez llorar, casi a solas, sin público (y apenas un instante, el que va de la puerta de salida a la puerta de la limusina).
Si esto es así, más que por estar asustada, Rachel oculta su cara descansando de que viene de estar muy asustada. Claro que eso no quita que siga estándolo, pero menos que antes y más que después. Ahora la inercia es fuerte y se mezcla con el alivio; al principio el contrafáctico catastrófico nos reclama más atención que la realidad indemne de haberlo eludido.
2.
Hablo del personaje; la actriz puede que oculte su cara porque interpreta ese rol, porque en esa toma ya es la doble y/o porque también ella está asustada (andá a saber de qué). Como sea, si se le vieran las facciones y no fueran lo suficientemente parecidas, descubriríamos algo peor —para la ilusión artística, al menos— que el hecho de que Whitney Houston no es la que está en brazos de Kevin Costner: descubriríamos que Rachel Marron no es la que está en brazos de Frank Farmer.
No es imposible, pero es muy poco probable que nos den la noticia de que la doble estaba asustada y no cuenten, o al menos mencionen, siquiera 1 motivo. ¿Por qué o a qué le tendría miedo, durante una sesión de fotos, una profesional que es parte del equipo de filmación? Pero imaginemos que sí, que la doble —por x razón— también está asustada y es por eso que entierra su cabeza en un hombro protector. En ese caso, su miedo conviene a la escena y a la foto,* como el temblor de la voz de Emma Zunz en el teléfono conviene a una delatora (casuística de un Si conviene, sucede).
En cambio, si la doble sólo actúa el susto de Rachel, no es (exactamente) el mismo caso, porque Emma no actúa su voz temblorosa (otra cosa es que no tenga el motivo que supone Loewenthal; no es lo mismo un malentendido que un truco). Pero no deja de ser un caso más: el miedo de Rachel no solapa al de la doble, pero sí a la necesidad de ocultamiento de la doble (tan bien que si Costner no lo revelaba, no nos enterábamos). Y tampoco es que Emma no esté actuando para ocultar algo cuando finge querer delatar compañeras huelguistas.* Antes de terminar, veamos otras dos diferencias.
Emma podría prescindir del temblor de la voz, como Rachel de enterrar su cara (no así la doble). Eso tal vez la mostraría con más sangre fría, pero no la delataría. La primera diferencia, entonces, es entre lo conveniente pero prescindible del solapamiento de Emma y lo conveniente e imprescindible del solapamiento de la doble. La segunda: en un caso hay un ocultamiento visible pero insospechable (miedo mediante); en el otro caso hay un indicio de delación interpretado por Loewenthal. Un solapamiento te hace no ver lo que hay y el otro te hace ver lo que no hay.