1. “Tiempos viejos” y “Viejos tiempos”. La nostalgia y el pasado
La nostalgia mueve en el sentido contrario al que se mueve la vida. Viaja en los asientos del bondi que miran para atrás; sólo ve cosas idas.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
No es la única que mueve así. Si no son lo mismo, es una variante o un grado de la añoranza, que mueve igual. Y también una evocación festiva.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Dos evocaciones tangueras: en “Tiempos viejos” se lamenta la juventud perdida; en “Viejos tiempos” se recuerda con cariño la infancia lejana.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
"Tiempos viejos" (F. Canaro y M. Romero, 1926)
Intérprete: Julio Sosa
"Viejos tiempos" (C. Gardel y A. Le Pera, 1935)
Intérprete: Roberto Maida
La melancólica: “25 abriles que no volverán; 25 abriles, volver a tenerlos… ¡Si cuando me acuerdo me pongo a llorar!” (“Tiempos viejos”).
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
Sin ponerse a llorar, una vez mamá contestó que volvería a los 35 años, su mejor balance entre juventud (futuro) y experiencia (pasado).
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
La festiva: “Viejos tiempos de la infancia, yo recuerdo con cariño los momentos que pasaron y en mi alma yo he llevado como alivio de mi vida”.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
Hasta los 20, si estaba triste, evocar cierto hecho feliz de mis 5 años me aliviaba. “La fragancia de esos tiempos se confunden con tu imagen sofocando los tormentos” (“Viejos tiempos”).
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
Los destinos más frecuentes de la memoria adulta son la edad de la inocencia y la de la plenitud (tu mejor balance de juventud y experiencia).
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Pero no se las visita igual. A la infancia se la evoca con cariño (o no se la evoca); a la juventud y a la rubia Mireya perdidas, con pena.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Si “cuando me acuerdo me pongo a llorar”, es una evocación sufrida. Si “recuerdo con cariño” viejos tiempos, es una evocación disfrutada.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Por eso no califica como nostalgia: no es triste, es celebratoria. Igual, ese requisito no está en todas las definiciones de nostalgia.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Si la define sólo lo que hace (desear volver), no está. Si la define la «tristeza melancólica» por no poder volver ni dejar de desearlo, está. pic.twitter.com/5Nu4GARJtC
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Lo que te alegra la felicidad evocada y lo que te apena su pérdida dan a la nostalgia su sabor agridulce. pic.twitter.com/OoBsB7Otql
— el Zambullista (@Zambullista) July 28, 2024
El extrañar, que no tiene sustantivo (podría: "extrañanza"), se ofrece como acción de la nostalgia, que no tiene verbo (podría: "nostalgiar").
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Pero la nostalgia no es esa acción; es el «sentimiento agridulce» al hacerla, la «tristeza melancólica» con que extrañás lo perdido o ausente.
— el Zambullista (@Zambullista) June 23, 2024
Con 'nostalgia' se nombra la melancolía de la acción (extrañar); con 'añoranza', la acción de añorar, que es extrañar algo lejano e irrecuperable. pic.twitter.com/w9t5ibs2ht
— el Zambullista (@Zambullista) July 28, 2024
Lo irrecuperable habilita que un añorar sea melancólico, pero no lo obliga: también hay añoranzas luminosas, como las de una infancia feliz. pic.twitter.com/lBcItJGiuG
— el Zambullista (@Zambullista) July 28, 2024
Hay otro rasgo infaltable: con nostalgia, siempre evocás «una dicha perdida», que lamentás. No extrañás tus desdichas, que festejás perder.
— el Zambullista (@Zambullista) June 29, 2024
Los recuerdos desdichados vienen sin que los llames y no se van sin que los eches. Son visitantes inoportunos y pesados. Poné la escoba detrás.
— el Zambullista (@Zambullista) June 30, 2024
1.1 La elegía del sargento García
–Van a pasar años antes que lamente que haya acabado.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
La profecía del sargento García es un híbrido de los dos tangos. Tiene lamento y cariño. pic.twitter.com/E4uEGc2Oqg
Hay un lamento como en “Tiempos viejos”, pero no por la pérdida de la juventud, sino de la infancia, que en “Viejos tiempos” se elogia sin lamentos.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
Esta ausencia de lamentos lo distingue de “Tiempos viejos”, donde también hay un elogio a la juventud implícito en la pena por su pérdida.
— el Zambullista (@Zambullista) June 7, 2024
García extraña la edad en la que no tenía las responsabilidades de un sargento. Cuida de todos; extraña al niño cuidado por todos, que juega.
— el Zambullista (@Zambullista) June 7, 2024
Antecesora de fantasías adultas, como la de volver al pasado: la fantasía reconcentrada de los juegos infantiles. Ahí aprendimos a imaginar.
— el Zambullista (@Zambullista) June 7, 2024
Fantaseás volver a la infancia; fantaseando volver a la juventud, lo deseás como si lo creyeras cumplible y sufrís que no se te cumpla.
— el Zambullista (@Zambullista) June 7, 2024
Muy probablemente no te cumplirías la fantasía de volver a la infancia y sí la de “volver a los 17 después de vivir 1 siglo” (Violeta Parra).
— el Zambullista (@Zambullista) June 7, 2024
Si el disfrute de la vida y de una fruta se parecen, si está pasada o podrida y te ofrecen revertirla, ¿la revertirías a su estar madura o inmadura?
— el Zambullista (@Zambullista) July 16, 2024
1.2 “El 45”. Evocación sin lamentos ni celebraciones
Extrañar/añorar es un ejercicio conjunto de la memoria y el corazón. Otras evocaciones ni celebran ni lamentan, como en “El 45” (M. E. Walsh).
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
"El 45" (M. E. Walsh, Juguemos en el mundo, 1968)
Intérprete: María Elena Walsh
Esta actualización generacional y femenina de “Tiempos viejos” evoca otra edad: los 15, la adolescencia, la bisagra entre infancia y juventud. pic.twitter.com/qufQermJG0
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
El tono de M. E. Walsh varía según qué esté evocando, como la locución de un noticiero. Pero la evocación no le duele, como sí a M. Romero.
— el Zambullista (@Zambullista) June 28, 2024
Ella no pasa del “¿Te acordás, hermana, qué tiempos aquellos?” al “15 abriles, ¡volver a tenerlos!” ni se pone a llorar. No es nostálgica.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Ni tendría motivo: la evocación de sus 15 la hace desde sus 38, cerca de la edad favorita de mamá. Desde el cielo no se añora el purgatorio.
— el Zambullista (@Zambullista) June 21, 2024El YO de “Tiempos viejos” no es su autor, que en 1925 cumple 34 años. Si lo fuera, estaría viendo “tan vieja” a una rubia Mireya treintañera.
— el Zambullista (@Zambullista) June 29, 2024
M. Romero imaginando las nostalgias de un viejo (eso hace) puede ser tan verosímil como disfrazado de viejo (así está y eso es). Nos da ficción. pic.twitter.com/A3tnOznEMT
— el Zambullista (@Zambullista) July 3, 2024Pero aun si lo fuera, M. Romero tendría sus motivos para añorar: perdió una edad dorada. M. E. Walsh evoca sin dolor una edad de iniciación.
— el Zambullista (@Zambullista) June 29, 2024
Tampoco sufre que la vida vino en tacos altos y las separó y que ahora sólo las reúne la buena de Dios. Evoca extrañada, no extrañando.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
Ahí lo que importa no es cómo te pone o te deja la evocación, sino el recorrido por hitos comunes del 45, de acá y del mundo, e hitos personales.
— el Zambullista (@Zambullista) June 16, 2024
2. “Nostalgias” por algo reciente y de alguien joven
“Viejos tiempos” nos dice que hay evocaciones celebratorias, no sólo nostálgicas; “El 45”, que también las hay ni nostálgicas ni celebratorias.
— el Zambullista (@Zambullista) June 17, 2024
En las tres letras habla alguien maduro que mira lejos hacia atrás (a su infancia, adolescencia o juventud). En “Nostalgias” habla un joven:
— el Zambullista (@Zambullista) June 17, 2024
"Nostalgias" (J. C. Cobián y E. Cadícamo, 1936)
Intérprete: Charlo
Es un roto, no un descosido; está recién quebrado, no erosionado por el tiempo. Tiene más futuro que pasado. Todavía le falta para la del agua. pic.twitter.com/rj3YcwkHzh
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Mira atrás, pero no lejos y no sólo: desde el ahora angustiado, tan reciente es la causa nostalgiógena como inminente el futuro que la sella.
— el Zambullista (@Zambullista) June 17, 2024
Luego de ese, está el futuro de un marchitarse precoz. QEPD, divino tesoro: “Desde mi triste soledad veré caer las rosas muertas de mi pic.twitter.com/WHBwv2p1xf
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Con la visión pos-futura de una muerte prematura de la juventud, asume que no logrará “borrar antiguos besos en los besos de otras bocas”.
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
El borrado que desea es como el que le angustia pensar que pronto hará ella, cuando llegue al punto de no retorno de su ida (estar con otro).
— el Zambullista (@Zambullista) June 26, 2024
Para el tipo, el corte empezó con un final (con él) y terminará con un inicio (con otro). Fue abandonado y está a punto de ser olvidado.
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Él quiere, pero queda en las antípodas de olvidarla: “Quiero por los dos mi copa alzar para olvidar mi obstinación y más la vuelvo a recordar”.
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Reitera esa voluntad desobstinadora antes del 2º brindis: “Si las copas traen consuelo aquí estoy con mis desvelos para ahogarlos de una vez”.
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
El 1º “Quiero emborrachar mi corazón” es “para apagar un loco amor”; el 2º, para “poder brindar por los fracasos del amor”, que ahora no puede.
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Y no puede hacer ese chiste o brindis irónico porque está encerrado en la solemnidad que conviene a los lamentos. Pero ebrio podría liberarse.
— el Zambullista (@Zambullista) June 21, 2024
Estando ebrio podría evadirse, como con fantasías o evocaciones gozosas. Pero no busca borrar los fracasos del amor; busca que no le pesen y 🥂.
— el Zambullista (@Zambullista) July 3, 2024
Por ese querer y no poder, el “loco amor” inapagable “más que amor es un sufrir” y un Zahir (en el cuento, la 1ª obsesión es por una mujer).
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
2.1 La cura del tiempo
A lo que nos dicen los otros tres tangos, este agrega que la nostalgia suele pero no necesita ser por algo antiguo y de alguien maduro/viejo. pic.twitter.com/1GKqrRBWP6
— el Zambullista (@Zambullista) June 19, 2024
Pero es distinta si es por algo reciente y de alguien joven. En el centro “Añoranza” nadie espera revertir el pasado; en “Nostalgias”, sí.
— el Zambullista (@Zambullista) June 20, 2024
Una pérdida reciente es objeto de deseo (de reversión). Cuando dejes de esperar ese imposible y la aceptes, la pérdida será nostalgiable.
— el Zambullista (@Zambullista) June 26, 2024
Toma 2. Cerca del hecho traumático hay deseo de reversión. La nostalgia llega más tarde, con la pérdida ya aceptada y su reversión desdeseada.
— el Zambullista (@Zambullista) June 26, 2024
Cerca, el recién abandonado podría cantar 🎵 Deseeeo “de escuchar su risa loca y sentir (…) su respiración” 🎶. Parece percibirla, no evocarla.
— el Zambullista (@Zambullista) June 26, 2024
La 🎵 Anguuustia 🎶 es por un pasado que no revierte y un futuro que dobla la apuesta contra tu deseo terco de un imposible, personaje kafkiano.
— el Zambullista (@Zambullista) June 20, 2024
En rigor, creés posible lo que deseás y te vas enterando, cual héroe kafkiano, que no lo es. El deseo de lograrlo muta en fantasía de tenerlo.
— el Zambullista (@Zambullista) July 3, 2024
Desde su retiro, es lo que le pasó al Trinche con el deseo de volver a jugar, que mutó en fantasía fáustica cuando dejó de creerlo posible.
— el Zambullista (@Zambullista) July 9, 2024
La cura del tiempo: a mayor distancia temporal del terremoto que acaba de sacudirlo y de las réplicas que espera, mayor distancia emocional.
— el Zambullista (@Zambullista) June 24, 2024
Cuando esté en edad de añorar la edad que tiene ahora (similar a la añorada en "Tiempos viejos"), habrá perdido el deseo de revertir y evitar.
— el Zambullista (@Zambullista) June 24, 2024
Lo habrá reemplazado por la fantasía de estar de nuevo en la querida situación perdida (o sea, en la situación añorada). ¿Y si ella vuelve?
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
Si esa flor de 1 día vuelve años después, él la verá como el otro a la rubia Mireya.
— el Zambullista (@Zambullista) June 24, 2024
En “Volvió una noche”, la desilusión es mutua y piadosa: pic.twitter.com/euW4Qmudbd
Si con todas las rosas de su juventud ya muertas sigue obstinado, la evocará sin deseo ni temor: un fósil de risa loca y respiración fogosa.
— el Zambullista (@Zambullista) June 24, 2024
2.2 Puentes emotemporales
A la nostalgia (“de escuchar su risa loca y sentir junto a mi boca como un fuego su respiración”) le atraen las promesas (🤣+🔥=💕).
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
La angustia (“de sentirme abandonado y pensar que otro a su lado pronto pronto le hablará de amor”) reacciona a pérdidas y 'amenazas'.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
Lo angustian una percepción y un temor: un hecho doloroso (ya no está con él) y una posibilidad amenazante (de que pronto esté con otro).
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
La pérdida –vía abandono– angustia como hecho; la pensadera catastrofista, como posibilidad –que es como tienta la nostalgia de 🤣 y 🔥.
— el Zambullista (@Zambullista) May 31, 2024
La angustia por ese abandono consumado se extiende de un pasado 😩 al presente 😥; la angustia por esa sustitución eventual, del presente 😱 a un futuro 😭.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
La nostalgia de su risa loca y su respiración fogosa se extiende de un presente 😥 a un pasado ❤️🔥 (la dirección y el tono de ese viaje nostálgico).
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
El lamento por la juventud perdida se extiende de un pasado 😎 al presente 😭; la cariñosa evocación de la infancia lejana, de un pasado 🧒 al presente 🥰.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024