–¿Y ahora qué vamos a hacer?
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
~Reaccionar a hechos y a posibilidades, imaginar, retratar, desear, anhelar, fantasear.
–¿En ese orden?
~Sí.
1. Reaccionar a hechos y a posibilidades
Un hecho lo podés narrar/describir/comentar, lamentar/celebrar, o fantasear distinto. Pero deseás o temés una posibilidad. Es otro insumo.
— el Zambullista (@Zambullista) June 1, 2024
Y otra movida. Deseo y temor son claustrofóbicos: te hacen salir de donde estás. La fantasía es agorafóbica; no querés salir de su envoltura.
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
Un deseo o un temor son como una reacción pasional a una posibilidad. Un lamento o una celebración son una reacción emocional a un hecho.
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
Los términos de cada par apuntan en sentidos opuestos: el deseo es atracción, el temor es repulsión; el lamento es ⬇️, la celebración es ⬆️.
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
2. Imaginar, retratar
Las posibilidades se imaginan, los hechos se registran y se evocan. La imaginación es bricoleur; el registro quiere ser copia fiel del hecho.
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
Y la evocación, copia fiel del registro. La percepción y la memoria editan, pero no inventan; la imaginación, sí. Son dos actitudes artísticas.https://t.co/w0MkO6XyBC
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
Inventa en uno de los sentidos de 'imaginar', que lo opone a retratar (lo recordado/percibido/previsto: lo sabido). Un ojo creativo, otro realista.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
El creativo está liberado de cuidar la verdad de lo imaginado; el realista, de cuidar la consistencia de lo retratado (ya viene incluida).
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024Cada uno está liberado de lo mismo a lo que el otro está obligado: el imaginar, a cuidar la consistencia; el retratar, a cuidar la verdad.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
En otro sentido de 'imaginar', retratos e inventos tienen el mismo insumo: las representaciones –'imágenes'– fabricadas por nuestra imaginería.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Si reputás irreal una 'imagen', la considerás una imaginación; si la reputás real, la llamás recuerdo, percepción o previsión (tres retratos).
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Cuando decimos que nos imaginamos algo, estamos diciendo que no lo percibimos ni lo recordamos ni lo prevemos (o sea, que no lo conocemos).
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Si sabés qué pasó/pasa/pasará, podés recordarlo/percibirlo/preverlo o podés imaginarlo diferente (fantasear). Si no sabés, podés imaginarlo.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Ergo, siempre podés imaginar, ya sea algo alternativo a lo que sabés que pasó/pasa/pasará o algo ofrecido –un creer– para llenar vacíos de saber.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Podés imaginar cualquier tiempo, pero no podés evocar un futuro ni un presente, percibir un pasado ni un futuro, prever un pasado ni un presente.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
Recordar, percibir y prever son especialidades temporales del retratar; el imaginar no las tiene: le decís igual con presente, pasado o futuro.
— el Zambullista (@Zambullista) July 7, 2024
3. Desear, anhelar
La nostalgia es fantasía: sabés que no es posible ese viaje al pasado y fantaseás que sí. Si fuera deseo, lo creerías posible y apostarías.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
Si fuera una apuesta a largo plazo, sería un sueño/anhelo/ilusión. «¿Quién no acaricia, hoy, una media Ilusión?» (Felisberto, “Cocodrilo”).
— el Zambullista (@Zambullista) June 2, 2024
Se acarician metas a distintas distancias. La posibilidad soñada/anhelada te sabe menos probable que la deseada porque es una meta más lejana.
— el Zambullista (@Zambullista) June 2, 2024
Menos probable pero más motivadora: no la esperás para hoy pero nunca dejás de esperarla. Abarca tu vida futura, no sólo tu próxima semana.
— el Zambullista (@Zambullista) June 28, 2024
Perseguir y cumplir un anhelo hace a tu vitalidad y felicidad; un deseo, a tu alegría inmediata. Uno es fondista; el otro, velocista.
— el Zambullista (@Zambullista) June 28, 2024
4. Fantasear
Fantaseás hechos y datos alternativos a los que sabés o creés que hubo, hay o habrá. Y los elegís movido por tus deseos, anhelos y temores.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
Los temores toman el timón en las fantasías distópicas; los deseos y anhelos, en las utópicas. La razón cuida la coherencia de lo imaginado.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
Cada elección de los alternativos supone el conocimiento de los hechos o datos reales, que deben evitarse si se quiere cuidar la coherencia.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
En eso, los hechos y datos alternativos del fantasear son como los factibles del desear: nadie va a fantasear con –ni desear– lo que ya tiene.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
A partir de ahí, sus caminos se separan: el desear mira atrás o adelante; el fantasear, al costado, paralelo a la vida, en una ucronía.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
El deseo y el querer tienen vocación de conquista; el temor, de parálisis (mucho) o de huida (menos); la fantasía, de escapada mental / evasión.
— el Zambullista (@Zambullista) June 6, 2024
Fantaseando te hacés la película, la protagonizás o no, y la ves tan empáticamente que vivenciás huidas, parálisis y conquistas que no vivís.
— el Zambullista (@Zambullista) June 6, 2024
Fantaseando creás fantasmagorías y jugás a que lo olvidás y las das por autónomas. No creés en ellas, pero suspendés tu incredulidad. Arte.
— el Zambullista (@Zambullista) June 3, 2024
Imaginando algo que no existe ni existió o evocando algo que existió, la inmersión en esas escenas se parece a la de una ilusión artística.
— el Zambullista (@Zambullista) June 27, 2024
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